Sinapsis y Redes Sociales

En los últimos años, muchos de nosotros nos hemos acabado habituando a utilizar las redes sociales para comunicarnos con nuestros amigos, para hablar con la familia o para interactuar con personas que ni siquiera hemos visto nunca, pero a quienes ya  consideramos  muy importantes en nuestras vidas.

Llevamos años padeciendo la que quizá sea la crisis más  grave que hayamos conocido, pero eso no impide que la mayoría de la gente esté conectada permanentemente a un móvil, una tablet o un portátil, hasta el punto de que estemos dónde y con quién estemos, acabemos más pendientes de esos contactos virtuales que de los ojos que nos miran y de la voz que nos habla justo frente a nuestra nariz.

Las nuevas tecnologías han decidido imponerse y casi todos hemos sucumbido a ellas, en un intento de no quedarnos rezagados en la competición por conseguir más amigos, más “me gusta”, más comentarios que nos doren la píldora. Parece como si, de repente, para demostrar que estamos vivos, tuviéramos que compartir todo lo que hacemos en la red social.  Necesitamos que nos lean, que nos vean, que nos animen, que nos envidien o que nos detesten. El caso es conseguir que los demás reaccionen y que hablen de nosotros.

No es extraño que se diga que nunca habíamos estado tan conectados unos a otros, pero se da la paradoja  de que nunca antes nos habíamos sentido tan solos ni tan huecos por dentro. Porque un abrazo virtual puede bastar para alegrarnos un día difícil, porque unas palabras de ánimo pueden obrar pequeños milagros, pero la magia del contacto cara a cara siempre se echa en falta. Porque no sólo comunicamos con las palabras o con las imágenes. Existe un lenguaje no verbal que suele ser bastante más creíble y, por tanto, convincente.

Sinaptando, aunque pueda parecer un nombre para un blog de Psicofisiología, pretende ser, en realidad, un blog donde se aborden las relaciones humanas en el ámbito familiar y de amistad,  en el contexto educativo y en el mundo laboral. Utilizo el gerundio porque le confiere un carácter más activo a la palabra. Vivir implica actividad, implica estar siempre en movimiento, aunque sólo sea para respirar.

               Ilustración: http://www.neoteo.com/nomfet-un-transistor-que-imita-neuronas

Creo que, por mucho que los humanos evolucionemos y por mucha nueva tecnología que seamos capaces de desarrollar, en el fondo nunca dejamos de reflejarnos en aquello que creamos, porque nos puede el narcisismo. Las redes sociales no son más que un mero reflejo de cómo se relacionan nuestras neuronas en nuestros cerebros. Y, puestos a copiar, creo que deberíamos hacerlo asumiendo todas sus consecuencias y aventurarnos a ir a por todas.

La naturaleza es la mejor maestra que podríamos tener y en nuestros cerebros, con cada una de esas sinapsis, obra maravillas a cada instante. Imaginemos, pues, que cada uno de nosotros es una neurona y que este mundo global en el que todos interactuamos, es un cerebro inmenso que podría ser capaz de lograr los mayores avances científicos o artísticos o de llevar a cabo atrocidades que no nos atrevemos ni a imaginar. Todo dependerá de cada sinapsis y cada sinapsis dependerá de nuestra voluntad.


Estrella Pisa
Psicóloga col. 13749

Comentarios

Entradas Populares